2 de Noviembre de 2010 lo recordaremos como la fecha en la que el sueño americano, de una serie de cambios en positivo, se esfumó. ¿Qué queda ahora de la gran campaña mediática de Barak Obama en 2008 con su “Yes, we can”? Poco o nada señores. De poco han valido los discursos y la gran influencia que tiene Bill Clinton con sus antiguos votantes demócratas, defendiendo a su actual Presidente y advirtiendo de lo desastroso que sería que los Republicanos ganaran en control en el Congreso y en Senado.
El desastre se avecinaba desde hacía meses, varias son las causas para que el actual Presidente de los Estados Unidos haya visto menguada su popularidad y posteriori que su partido perdiera poder en las cámaras legislativas.
La primera de las causas, y lógica por el contexto internacional, es la crisis económica actual. En Estados Unidos, al contrario que se está haciendo en la Unión Europea, se apuesta por dar solución al problema mediante herramientas económicas de corte keynesiano, que acrecientan la intervención estatal y por consiguiente su déficit público. Estas medidas criticadas por la oposición conservadora y neoliberal, que con la ayuda o soporte de medios de comunicación como la FOX, hacen campaña continúa desacreditando la gestión económica del Presidente y de sus Secretarios de Estado.
La segunda de las causas y relacionada con la anterior es el 10% de paro en la población estadounidense, insólito en este país, que por supuesto descontenta a los ciudadanos y se expande un clima de desconfianza hacia los políticos y más hacia su Presidente, que se le deposita la responsabilidad de la mala situación económica.
La tercera de las causas, es la polémica reforma sanitaria. El descontento hacia este tema es generalizado. Por una parte, los votantes republicanos y sus representantes ven como un insulto esta reforma, consideran que es un ataque expreso a la libertad individual de poder decidir cuando y donde recibir ayuda médica, ven la garantía de la sanidad pública como un control por parte del Estado. Por la otra parte, los ciudadanos que defendían esta reforma sanitaria, que daría cobertura a más de 40 millones de estadounidenses que no tenían medios para tener cobertura médica, están descontentos y desilusionados porque la reforma no está siendo como la esperaban. Aún no se cuenta con los suficientes medios para sacarle todo su potencial.
La cuarta de las causas, es la esperada ley federal de inmigración a raíz de la polémica política del Estado de Arizona, que por ley propia expulsan a sus inmigrantes. Hace falta señalar que el colectivo de residentes latinoamericanos en Estados Unidos es muy importante y que son uno de los pilares del partido Demócrata. La Ley Federal de Inmigración sigue pendiente para Barak Obama.
Y por último, el nacimiento del nuevo movimiento político, con su más que curioso nombre, Tea Party, con una ideología ultraliberal y porque no decir xenófoba, que agrupa a la ala más conservadora del Partido Republicano y que nació a raíz de las leyes federales para estabilizar la economía y la reforma sanitaria. Sus resultados en las elecciones han sido más que beneficiosos para el Partido Republicano.
¿Qué nos depara a partir de este momento? Ahora que el partido republicano, más conservador aún por el Tea Party, ha logrado tener mayoría en la Cámara de Representantes e incluso ganar poder dentro del Senado, aunque no tenga su control. Le será mucho más complicado a Obama poder aprobar leyes federales que contradigan los intereses de los republicanos. A partir de este momento, veremos las esperadas concesiones del Presidente hacia su oposición conservadora. Por el momento, la Ley Federal de Inmigración no se va a hacer (primera concesión de muchas que vendrán).
El desastre se avecinaba desde hacía meses, varias son las causas para que el actual Presidente de los Estados Unidos haya visto menguada su popularidad y posteriori que su partido perdiera poder en las cámaras legislativas.
La primera de las causas, y lógica por el contexto internacional, es la crisis económica actual. En Estados Unidos, al contrario que se está haciendo en la Unión Europea, se apuesta por dar solución al problema mediante herramientas económicas de corte keynesiano, que acrecientan la intervención estatal y por consiguiente su déficit público. Estas medidas criticadas por la oposición conservadora y neoliberal, que con la ayuda o soporte de medios de comunicación como la FOX, hacen campaña continúa desacreditando la gestión económica del Presidente y de sus Secretarios de Estado.
La segunda de las causas y relacionada con la anterior es el 10% de paro en la población estadounidense, insólito en este país, que por supuesto descontenta a los ciudadanos y se expande un clima de desconfianza hacia los políticos y más hacia su Presidente, que se le deposita la responsabilidad de la mala situación económica.
La tercera de las causas, es la polémica reforma sanitaria. El descontento hacia este tema es generalizado. Por una parte, los votantes republicanos y sus representantes ven como un insulto esta reforma, consideran que es un ataque expreso a la libertad individual de poder decidir cuando y donde recibir ayuda médica, ven la garantía de la sanidad pública como un control por parte del Estado. Por la otra parte, los ciudadanos que defendían esta reforma sanitaria, que daría cobertura a más de 40 millones de estadounidenses que no tenían medios para tener cobertura médica, están descontentos y desilusionados porque la reforma no está siendo como la esperaban. Aún no se cuenta con los suficientes medios para sacarle todo su potencial.
La cuarta de las causas, es la esperada ley federal de inmigración a raíz de la polémica política del Estado de Arizona, que por ley propia expulsan a sus inmigrantes. Hace falta señalar que el colectivo de residentes latinoamericanos en Estados Unidos es muy importante y que son uno de los pilares del partido Demócrata. La Ley Federal de Inmigración sigue pendiente para Barak Obama.
Y por último, el nacimiento del nuevo movimiento político, con su más que curioso nombre, Tea Party, con una ideología ultraliberal y porque no decir xenófoba, que agrupa a la ala más conservadora del Partido Republicano y que nació a raíz de las leyes federales para estabilizar la economía y la reforma sanitaria. Sus resultados en las elecciones han sido más que beneficiosos para el Partido Republicano.
¿Qué nos depara a partir de este momento? Ahora que el partido republicano, más conservador aún por el Tea Party, ha logrado tener mayoría en la Cámara de Representantes e incluso ganar poder dentro del Senado, aunque no tenga su control. Le será mucho más complicado a Obama poder aprobar leyes federales que contradigan los intereses de los republicanos. A partir de este momento, veremos las esperadas concesiones del Presidente hacia su oposición conservadora. Por el momento, la Ley Federal de Inmigración no se va a hacer (primera concesión de muchas que vendrán).
MARINA MORALES
Politóloga
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